Swindon Town, el equipo de di Canio

Swindon Town, el equipo de di Canio

La FA Cup es esa competición que te alegra la vida desde las primeras de cambio, es la copa en estado puro, donde en cada ronda un grande cae a manos de un pequeño y nos recuerda que, al menos en esta competición, el guión puede cambiarse.

Pero vamos a detenernos en la última sorpresa, la eliminación de un equipo de la Premier, el Wigan Athletic, a manos de uno de la Division Two, la cuarta división inglesa, el histórico Swindon Town F.C., en un partido agónico en el que el Swindon Town remontó un gol inicial del Wigan que parecía dejar resuelta la eliminatoria. Pero más allá de la eliminatoria que ha devuelto al Swindon Town a las portadas, el equipo merece que nos fijemos en su historia y también en su presente.

El Swindon Town es uno de esos equipos ingleses que rezuman historia por todos lados: fundado en 1879 por el reverendo W. H. Pitt, ha competido en todas las categorías del fútbol inglés; eso sí, sin cosechar grandes éxitos. Ubicado en el suroeste de Inglaterra, en Wiltshire, a medio camino entre Londres y Bristol, la actual Swindon, una ciudad de 180.000 habitantes, debe su desarrollo a haber sido un importante nudo ferroviario durante el siglo XIX y bien entrado el XX. Allí se detenía durante 10 minutos el tren que iba desde el importante puerto de Bristol hasta la estación de Paddington, lo que dio lugar a la primera cafetería de estación, allá por 1842. Esa condición de ciudad ferroviaria se refleja en el escudo del Swindon Town, en el que junto al tren y un petirrojo (un Robin, por el color rojo de la camiseta del equipo), encontramos el lema del equipo y de la ciudad: Salubritas et Industria (salud e industria). Los tiempos del tren han quedado atrás, pero Swindon sigue siendo una ciudad próspera, elegida por el Times recientemente como una de los 20 mejores lugares para comprar una propiedad en Gran Bretaña y en cuyos alrededores se encuentran instaladas numerosas e importantes empresas: Honda, BMW-Mini, Motorola o Intel entre las más conocidas, convirtiendo la zona en una de las más prósperas de Inglaterra.

Pero volviendo al fútbol, hace ahora un siglo el Swindon Town alcanzó precisamente las semifinales de la F.A. Cup en dos ocasiones, saliendo derrotado ante el Newcastle United, que se alzaría luego con el trofeo y ante el Barnsley. Jugó también una Charity Shield que perdió contra el Manchester United y cuyos beneficios fueron donados a las víctimas del Titanic. El nombre del Swindon Town también está vinculado también a la Segunda Guerra Mundial, ya que su estadio de juego, que data de 1896 y que llegó a tener capacidad para más de 30.000 espectadores (ahora, debido a las reformas y a los asientos que lo cubren por completo puede albergar a la mitad) fue expropiado durante la contienda y transformado en centro de detención de prisioneros de guerra. En 1951 fue el primer estadio que incorporó luz artificial y también es el único del mundo que, desde 1963, posee un reloj Rolex que marca el tiempo de partido.

El momento de gloria le llegaría al Swindon Town en 1969, cuando derrotó 3 a 1 al Arsenal para alzarse con el único título en la historia del club, la Copa de la Liga. Luego volveremos sobre las consecuencias de esta victoria.

La década de los 80 vieron al equipo entrar en barrena, inmerso en problemas financieros, y tocar fondo en la cuarta división (la misma en que se encuentra ahora, a día de hoy cuarto clasificado y aún con opciones de ascenso). Para sacar al equipo de esa situación se confió en prestigiosos ex jugadores que iniciaban su carrera como entrenadores: Ossie Ardiles, que del Swindon dio el salto al Newcastle United, o Glen Hoddle, que se iría al Chelsea después de conseguir llevar por primera y última vez hasta ahora al Swindon Town a la Premier League durante la temporada 19992-93. En el único año en la categoría superior del fútbol inglés el Swindon Town logró un récord que aún no ha sido superado: encajó 100 goles (aunque logró un meritorio empate 2 a 2 contra el campeón de ese año, el Man United). Tras el descenso volverían los problemas económicos, cada vez más graves (han tenido que entrar en situación concursal en dos ocasiones), que les devolvieron a la última división del fútbol profesional inglés, en lo que constituyó otro récord: son el único equipo que ha jugado en la Premier que milita en la última división. Otro ex jugador, Gustavo Poyet, se hizo cargo del equipo pero la historia se repitió al abandonar prematuramente el equipo para fichar por el Leeds United. De este modo llegamos al otro gran protagonista de nuestra historia: su actual entrenador, el mítico Paolo di Canio.

Di Canio ha sido un jugador de esos que marcan época: desde su amada Lazio recorrió el fútbol italiano (Juve, Nápoli, Milan) y británico, primero en el Celtic y luego, ya en Inglaterra, en las filas del Sheffield Wednesday y del Charlton Athletic, aunque fue con el West Ham con el que más se identificó, dejando a su paso un halo de autenticidad, de dejarse la piel en el campo y de amor por la camiseta e identificación con la hinchada de su club, algo que no se puede aprender en los libros ni en charlas de motivación, sino que Di Canio aprendió siendo joven en las gradas de la Curva Nord del estadio olímpico de Roma. Ahora, como entrenador del Swindon Town, Di Canio está transmitiendo esa mentalidad de ir a por todas a sus pupilos y los resultados empiezan a llegar. Pero el hecho de ser un ex jugador de prestigio no es lo único que une a Di Canio con el Swindon. Tampoco el escándalo de amaño de partidos en 1989 que descendió al Swindon a tercera división, aunque a un italiano estas cosas le resultan siempre familiares. Para encontrar otro punto de conexión entre el Swindon Town y Di Canio hay que regresar a 1969.

Como hemos indicado, ese año el Swindon ganó la Copa de la Liga batiendo al Arsenal, lo que le daba acceso a la recién creada Copa de Ferias, pero al no militar en la Primera División fue dejado fuera de esta competición europea. En su lugar, y un poco para compensarle, los directivos federativos se inventaron un trofeo que les enfrentó al ganador de la Copa Italia de aquel año. ¿Adivinan de quién se trataba? Sí, la odiada (al menos para Di Canio) A.S. Roma (en la que militaba en joven delantero llamado Fabio Capello). ¿Y adivinan el resultado? Victoria inglesa por 5 a 2 en el cómputo global. Desde ese día el Swindon Town ocupa un rinconcito en el corazón de los aficionados laziales.

Tanto éxito tuvo esta iniciativa que se institucionalizó con el nombre de Anglo-Italian Cup. En su primera edición el Swindon volvía a ganar, esta vez al Napoli, en una final marcada por el los graves incidentes provocados por los ultras napolitanos y que provocaron la suspensión del partido en el minuto 79 por las continuas invasiones de campo y lanzamientos de objetos que obligaron a usar los gases lacrimógenos para conseguir que los jugadores pudieran regresar a los vestuarios. Por una vez los chicos malos no eran los hooligans ingleses, sino los ultras italianos.

No obstante, Swindon, a pesar de jugar en categorías inferiores, no ha sido ajeno al fenómeno hooligan, rompiendo además con el estereotipo de que el hooliganismo está vinculado exclusivamente a situaciones de alto desempleo. Sin negar que ése es un factor, el caso de Swindon, región próspera, con uno de los índices de paro más bajo de todo el Reino Unido y con un equipo cuyos resultados no son precisamente de los que crean afición, demuestra que el fenómeno hooligan va más allá y, en nuestra opinión, está más vinculado con la necesidad de establecer y defender lazos comunitarios. En efecto, Swindon siempre ha sido un lugar con tradición hooligan, que se remonta a los 70, con el grupo Swindon Town Aggro Boys, que en los 80 dejaría paso a la Swindown Southside Firm, cuyo momento de gloria llegó en la batalla que desencadenaron contra la afición del Northampton y que el entonces entrenador del Swindon llegó a calificar como peor que un Celtic-Rangers. Por el contrario, la pelea contra aficionados del Plymouth Argile en 1986 que provocó la muerte del joven de 17 años, Mark Smith, supuso un fuerte impacto sobre la opinión pública, una intensificación de las medidas policiales antihooligans y el nacimiento de una nueva e intensa rivalidad.


Las peleas con sus rivales por cercanía, Oxford, Reading y los dos equipos de Bristol, el Rover y el City (cariñosamente apodados “traficantes de esclavos” por la tradición de la villa marinera) han sido una constante. La llegada del casualismo de la mano del Swindon Active Service mantuvo a Swindon entre los equipos respetados en lo que a hinchadas se refiere, y provocando a lo largo de los años 90 numerosos enfrentamientos con los vecinos Oxford y Reading, en la mayoría de las ocasiones fuera del campo. Eso mismo ocurrió en el año 2004, en el que un centro comercial de Bournemouth quedó arrasado después de una derrota del Swindon Town ante el equipo local.

Mientras la liga continúa, la próxima ronda de FA Cup emparejará al Swindon Town con el Leicester, que ayer martes eliminó a otro histórico, el Nottingham Forest. El sueño de Di Canio continúa.

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